Trasto
Tras un análisis exhaustivo de la categoría, sus dinámicas de consumo y las limitaciones percibidas por distintos perfiles de usuarios, Trasto surge como un marketplace especializado en muebles de segunda mano, diseñado para resignificar la forma en que las personas compran, venden y piensan su mobiliario.
En un mercado saturado de plataformas generalistas, la propuesta de Trasto se articula como un espacio focalizado, accesible y alineado con los principios de la economía circular. Un punto de encuentro entre sostenibilidad, funcionalidad y diseño contemporáneo.




Reto
El principal desafío consistía en construir una identidad sólida y diferenciadora en un entorno dominado por actores de gran volumen y alcance generalista. La clave: segmentar la oferta, redefinir el valor percibido del mueble de segunda mano y conectar con audiencias jóvenes que, cada vez más, priorizan el consumo responsable y la reutilización consciente.
La propuesta debía trascender la simple compraventa, dotando de propósito cada transacción y consolidando un discurso capaz de motivar tanto a quienes desean renovar su espacio como a quienes buscan prolongar la vida útil de sus objetos.

Solución
El punto de partida fue el nombre: Trasto, una denominación directa que recupera la idea de aquellos objetos que, lejos de perder valor, adquieren nuevas historias y posibilidades. Sobre esta base se construyó un ecosistema digital intuitivo, con una experiencia de usuario optimizada para públicos diversos, manteniendo siempre un lenguaje visual coherente, estimulante y flexible.
El tono de voz equilibra cercanía y creatividad: microcopys que despiertan complicidad, mensajes que reivindican la segunda vida de cada pieza y refuerzan la idea de comunidad en torno a la economía circular.
A nivel visual, se desarrolló un sistema iconográfico de líneas limpias y modularidad infinita, capaz de representar cualquier tipología de mueble de forma clara y adaptable. La paleta cromática, dominada por colores vivos y optimistas, transmite frescura y motivación, mientras la tipografía —de rasgos amables y contemporáneos— refuerza la identidad accesible y dinámica de la marca.





Identidad visual
Alegre, vibrante, joven. La identidad visual de Trasto articula la conexión entre usuario y objeto como un encuentro orgánico, casi instantáneo. Cada elemento —del logotipo a la iconografía— se integra bajo una misma premisa: facilitar la interacción y evocar un estilo de vida consciente, motivador y optimista.
Más que una marca transaccional, Trasto se posiciona como un catalizador de cambio en la forma de habitar y resignificar espacios, demostrando que la sostenibilidad puede convivir con el diseño y la funcionalidad sin renunciar a la frescura ni a la autenticidad.
